La curcumina, componente principal de la cúrcuma, contrasta la oxidación cutánea protegiendo de la exposición al sol y estimulando la producción de colágeno y elastina. Gracias a sus propiedades antioxidantes, la cúrcuma defiende la piel de los radicales libres, reduciendo la hiperpigmentación y contribuyendo a la prevención del acné. La cúrcuma alivia la piel inflamada y puede reducir signos visibles del envejecimiento cutáneo como líneas finas y arrugas, manteniendo la piel hidratada y suave. La cúrcuma es una especia que por lo tanto presenta diferentes ventajas para la piel gracias al contenido de principios activos como la Vitamina C, la Vitamina B6, pero también hierro, potasio y manganeso, potenciadores naturales de la salud. La curcumina desempeña el papel principal de antioxidante y ha demostrado efectos en la reducción de signos como ojeras, eczema e imperfecciones relacionadas con el acné como la obstrucción de los poros. Además, es un excelente auxiliar para la homeostasis cutánea ya que posee una acción calmante sobre la piel estresada por factores externos o endógenos.